lunes, 13 de abril de 2015

Ella ya no sabe quien soy yo

Preciosa y triste historia de amor y Alzheimer

Era una mañana gris y muy agitada, eran ya cerca de las 8:15 cuando un hombre mayor, que ya pasaría los 80 años, llegó al hospital para que le retiraran unos puntos que tenía en la mano de una pequeña herida. El hombre preguntó si era posible que le atendieran pronto ya que estaba apurado porque tenía una cita a las 9:00.

Le eché un vistazo a la herida y le pedí que se sentara mientras acababa con otro paciente. Cuando finalicé y regresé a la sala de espera le ví inquieto mirando su reloj, así que decidí pasarle a la consulta antes de que llegara el siguiente paciente. Durante el examen comprobé que la herida estaba perfectamente curada así que comencé a quitarle las suturas y, mientras lo hacía, le pregunté si tenía otra cita médica esa misma mañana ya que lo veía muy apurado.

El hombre me dijo que no, que necesitaba acudir al geriátrico para desayunar con su esposa, ya que siempre desayunaban juntos a las 9:00. Cuando me dijo que estaba en un geriátrico lo primero que pensé es que tal vez su esposa requería supervisión médica y le pregunté por la salud de ella.

El me respondió que ella estaba en el geriátrico hacía tiempo ya que padecía Alzheimer.

Cuando me dijo eso le pregunté si ella se enfadaría con él si llegaba un poco tarde a su cita y él me respondió que ella ya no sabía quien era él. Hacía más de cinco años que ella ya no podía reconocerle.

Me sorprendió esta respuesta y entonces de nuevo le pregunté: ¿ Y aún así sigue acudiendo cada mañana a la misma hora aún cuando ella ya no sabe quien es usted?

El sonrió, de forma compasiva me acarició la manó y me contestó: “Tal vez ella no sepa quien soy yo, pero yo aún se quien es ella”.

Se me erizó la piel y no pude contener las lágrimas. Mientras le veía salir por la puerta del hospital pensé: “Ese es el tipo de amor que quiero en mi vida”.

SHMILY, UNA HISTORIA DE AMOR

Mis abuelos estuvieron casados durante más de medio siglo. Desde que se conocieron, jugaron a un juego muy especial. La meta del juego era escribir la palabra “Shmily” en un lugar oculto para que el otro la encontrara. Hacían turnos dejando la palabra “Shmily” por toda la casa, y tan pronto como uno de ellos la encontraba, era el turno de esconderla para que la encontrara el otro.
Con los dedos escribían la palabra en la harina o el azúcar de los recipientes de la cocina para que la encontrara el que prepararía la siguiente comida. La escribían vidrios empañados de las ventanas que daban al patio donde mi abuela nos daba el pudín que ella misma preparaba. Escribían la palabra en el espejo del baño, donde aparecía después con la humedad de cada baño caliente. Una vez, mi abuela desenrolló un rollo completo de papel higiénico y escondió la palabra escrita al final.
La palabra “Shmily” aparecía por todos lados. Notas escritas apresuradamente aparecían en la guantera o el asiento del coche, o se encontraban pegadas con cinta en el volante. Las notas se escondían dentro de los zapatos o debajo de las almohadas. Se escribía en el polvo de la repisa o en las cenizas de la chimenea. Esa misteriosa palabra formaba parte de la casa de mis abuelos al igual que sus muebles.
Me llevó mucho tiempo apreciar completamente el juego de mis abuelos. El escepticismo me ha impedido creer en el amor verdadero, el amor que es puro y que perdura. Sin embargo, jamás tuve dudas de la relación de mis abuelos. Para ellos el amor no tenía secretos. Era más que sus pequeños juegos de coqueteo, era su modo de vida. Su relación estaba basada en una devoción y afecto apasionado que no todo el mundo experimenta.
Siempre que podían, mi abuela y mi abuelo se tomaban de las manos. Se robaban besos cada vez que se tropezaban en su pequeña cocina. Al hablar, uno terminaba las frases del otro y compartían el crucigrama y el acertijo diario del periódico. Mi abuela me susurraba al oído lo guapo que era mi abuelo, que se había convertido en un anciano muy apuesto. Hacía alardes de que ella había sabido “elegir”. Antes de cada comida, inclinaban la cabeza y oraban, maravillados por sus bendiciones: una familia maravillosa, prosperidad, y el tenerse el uno al otro.
Pero había una nube oscura en la vida de mis abuelos: mi abuela tenía cáncer de mama. La enfermedad le había aparecido hacía ya diez años. Como siempre, mi abuelo estuvo a su lado cada paso del camino. La confortaba en su dormitorio amarillo, que había sido pintado de ese color para que ella pudiera siempre estar rodeada de la luz del sol, aún cuando estaba muy enferma para salir afuera.
Ahora el cáncer estaba otra vez atacándole el cuerpo. Con la ayuda de un bastón y la mano firme de mi abuelo, iba con él a la iglesia todos los domingos. Pero mi abuela se fue poniendo más débil hasta que finalmente no pudo salir de la casa. Por un tiempo, mi abuelo iba a la iglesia solo, orándole a Dios que cuidara a su esposa. Entonces, un día, lo tan temido sucedió. Mi abuela falleció.
“Shmily” estaba pintado en amarillo en las cintas rosadas del arreglo floral del funeral de mi abuela. Cuando la gente comenzaba a salir, mis tías, mis tíos, mis primos y otros miembros de la familia pasaron adelante y se reunieron por última vez alrededor de mi abuela. Mi abuelo se paró al lado del ataúd, y tomando aire, comenzó a cantarle a mi abuela. A través de su dolor y lágrimas, surgió la canción, cantada con una voz profunda y un poco ronca: era una canción de cuna.
Temblando, abatida por mi propio dolor, jamas olvidaré ese momento. Porque supe que, aunque no podía siquiera imaginar la profundidad de su amor, sí tuve el privilegio de ser testigo de su belleza inigualable.

miércoles, 11 de febrero de 2015

NO IMPORTA LA OPINIÓN DE LOS DEMÁS

Hola, esta es mi historia. Tengo 14 años (ya se, soy muy chica, pero déjenme terminar) y me siento muy atraída hacia un hombre, de 27 años, que a pesar de su edad, me demostró, con hechos y no con palabras, que no tiene malas intenciones, que quiere cuidarme, darme lo mejor, quererme, hacerme sentir bien, y lo está logrando, lo quiero muchísimo, hasta el punto de que, al hablar, sienta un revoltijo adentro mío que no soy capaz de explicar.
Dicho esto, vamos al problema. Lo que pasa es que:

1: Todos dicen que se quiere aprovechar de mi, pero en el año y medio que llevamos nunca se dio nada que yo no quisiese o que no me sintiese segura con ello.

2: Mis padres no están enterados en lo más mínimo.

3: Hasta mi mejor amigo me juzga, dice que no es para mi, que lo deje, que no lo vale.

Yo me siento realmente mal con sus comentarios, y se que está mal visto, 13 años de diferencia, es demasiado, pero, cuando hay amor, ¿hay algo que impida a dos personas unirse?

Esta historia es para hacer reflexionar a todos aquellos que se sientan inseguros con su relación a causa de comentarios referentes a la diferencia de edad.. mientras que ustedes sepan que realmente esa persona no los va a lastimar, ¿importa la opinión de los demás?

En mi caso, a pesar de que este muy mal visto, porque la verdad a nadie le gusta. Hago caso omiso y sigo con mi relación, vamos mejor que nunca, y yo me siento más que segura y protegida en sus brazos. Podría decir que lo amo, pero “amar” es una palabra muy grande, así que prefiero decir que lo quiero mucho, o que lo aprecio, y la verdad, a mi me gustaría pasar el resto de mis días junto a él.

CUENTO DE AMOR QUE AÚN NO HA ACABADO

Hola soy Fernanda. Les contare mi historia inconclusa de amor que he vivido. Esto se remonta hace un año y un mes. Soy una chica lesbiana y siempre estuve buscando a mi otra mitad. Un día me metí a chatear por Internet en una pagina para conocer chicas lesbianas y hacer amistad. Soy una persona tímida y educada al hablar con las personas y en esas salas de chat sueles conversar con varias chicas e incluso chicos, pero todo es parte de pasar un momento agradable.
Una noche me tope con una chica con la que bromeamos y todo bien. Me dio su correo electrónico y yo le di el mio. Empezamos a conversar en las tardes y noches. Yo en esos días estaba enferma y pasaba tiempo en mi cuarto reponiéndome y me entretenía conversando con ella. Conversábamos de todo, desde el clima hasta cosas filosóficas. A veces nos faltaba tiempo para poder continuar con los temas que no acababan y así conversábamos hasta las 2 o 3 de la mañana y en ocasiones hasta las 4, cuando el sueño nos vencía y era por eso que parábamos la charla y lo dejábamos en “continuará…”

Ella, mucho mas joven que yo, estudiaba en la universidad, y yo trabajaba pero en ese estaba en casa. Entonces esperaba el momento en que ella se conectara porque solo ver que estaba ahí me alegraba el corazón. Empecé a sentir algo muy lindo por ella y me negaba a creer que fuera amor. No quería ilusionarme porque tenia muchas cosas en contra y cada vez que un recuerdo de ella me pasaba por la mente y me hacia sonreír solita me espantaba el sentimiento diciéndome: “Cómo crees que ella te haría caso a ti, es mucho mas joven y vive lejos en otro país”.

A veces el pensar así me hacia tener los pies sobre la tierra y el sentimiento que empezaba a crecer se frenaba. Un día, al poco tiempo de haber empezado a conversar de mañana, tarde y noche ella me dijo que sentía que le gustaba. Yo quise hacerme la seria y le dije que como era posible eso, y me dijo que era una mujer muy linda y que le gustaba y que tenia sentimientos nobles que habían hecho que se enamorara de mi. Mi corazón se aceleró al leer lo que decía, pero demostraba que nada de eso me afectaba.

Un día no pude mas y le dije que me permitiera ser parte de su vida y aunque estuviésemos muy lejos yo encontraría la manera de estar a su lado y ella me aceptó. Fuimos muy felices. Ella muy linda me fascinaba cuando la miraba en nuestras conversaciones con videollamadas. Tiene unos ojos hermosos, su carita linda y fina parece una niña y aunque a veces eso me hacia titubear por la edad -ella tenia 23 y yo 30; aunque yo no aparentaba tener 30, pero los tenia- y eso me hacia sentirme a veces incomoda.

Siempre la respeté, le decía cosas lindas porque me nacía decirlas. Ella también. Nos amábamos mucho, pero en cada historia de amor siempre hay alguien que intenta acabar con ella. Yo tenia una amiga que me hacia dudar de que si ella me amaba de verdad o no o que si era solo una ilusión. Siempre metió desconfianza a mi relación, en parte creo que era porque me veía tan feliz y tenia miedo de que no fuera real lo que sentía ella por mi.

En fin, pasamos por varios problemillas en los que supuestamente yo dudaba de su fidelidad y no era así. Yo confiaba en ella totalmente. El dicho ese de que el amor te ciega así es y yo le decía a ella que confiaba en ella con los ojos cerrados. Ella me decía que no, que no quería que cerrara los ojos, que ella quería que yo los tuviese abiertos para que viera que todo era real y le dije que el confiar con los ojos cerrados a mi criterio, era confiar tanto en alguien que podía ser guiado por un camino empinado con un barranco profundo con los ojos vendados, pero no tendría miedo porque su voz me guiaría y seguiría el sonido de su voz en todo ese peligroso recorrido.

Las cosas mejoraron por un tiempo y luego tuvimos una discusión en la que decidimos alejarnos, pero siempre estábamos en contacto. Nos amábamos tanto y si nos alejábamos era para pensar bien las cosas y cambiar y saber que si lo intentábamos era para mejorar la relación.

Un día, un 22 de diciembre no podíamos estar más tiempo así distanciadas y decidimos continuar con nuestro amor. Éramos felices. Esa noche nos quedamos hasta muy de madrugada. Yo feliz, la amaba, la amo aun con toda mi alma. Al siguiente día yo bien emocionada me conecté. La vi a ella en línea y empezamos a conversar y todo bien. Nos decíamos “te amo”, nos tirábamos besos… En fin.

Le dije que me diera un momento, sólo iría a tomar agua. Cuando regrese ella me dijo que lo sentía mucho, que me amaba, pero que lo mejor era estar separadas. No entendí qué había pasado. Me frustré tanto y yo le dije que qué había pasado. Sólo fui a tomar agua, ¿qué paso en ese momento?. Pero no me dio respuesta y ella es de la personas que no te dan respuestas cuando preguntas, las dan cuando sientes que deben decirlo. Me frustré tanto que le dije que no merecía eso, que tenia que saber por qué y si no me amaba que por qué me había enamorado cuando yo le pedí que no quería nada.

En fin, me porté en cierta forma grosera y no justificó mi actuar, pero estaba dolida y no entendía el motivo de por qué había tomado esa decisión. Acepté lo que me dijo. Pasó un tiempo y no tuvimos comunicación. Sentí que mi vida no tenia sentido, la amaba con toda mi alma y solo quería saber si estaba bien. Siempre me conectaba para esperar que ella lo hiciera, aunque así no habláramos el solo hecho de saberla en línea me haría sentir bien al saber que estaba ahí lejos de mi, pero ahí.

No pasó eso por mucho tiempo. Un día entre a mi Messenger y tenia un mail de ella. No podía creerlo. Empecé a llorar y ni lo había leído, pero el saber que me escribía me hacia feliz. Aunque con dolor leí el mail. Me decía que estaba bien, que no podía conectarse, que había salido de viaje, que no tenia acceso a las redes pero que me echaba mucho de menos y que espera un día poder entrar a Internet y conversar conmigo. Yo me emocioné tanto, lloré de felicidad y le respondí que le había echado de menos, que la amaba y que la extrañaba muchísimo.

Siguieron pasando los días y nada. Un día de nuevo entré a mi Messenger y tenia un mail de ella. Me saluda y todo y me dejó un link de una canción. Yo lo escuché y pensé que intentaba decirme que todo estaría bien y que seguiríamos siendo felices. Me emocionó escuchar la canción. La escuché tanto hasta que me la memoricé. Luego, una noche recibí un mail y me dijo que estaba en línea, pero que sólo por mail podíamos hablar. Yo, emocionada, le respondí, y hablamos. Nos dijimos que nos extrañábamos, que deseábamos conversar como antes, y así y de repente me dice que había empezado una relación con alguien mas.

Sentí que me derrumbaba con cada palabra que me decía, no entendía por qué si me decía que extrañaba conversar conmigo, que estaba nerviosa de poder hablarme aunque fuera por mail y la canción que me había dedicado sentí muchas cosas y no entendía nada. Pero no dije mas que “Te felicito, me alegra que empieces una relación con alguien que tu desees”. Me dolió tanto y decirle que me alegraba por ella era lo mas doloroso. Lloraba y le escribía que mi felicidad era saberla feliz. Hice un nudo a mi corazón y lo dejé así mientras le decía a ella que esperaba que toda la felicidad del mundo la merecía mas que nada. Lloré mucho. Y me hice a la idea de respetar su decisión. No le dije más.

Mis sentimientos, la canción que me dedicó, la odié. Hasta el día de hoy no la puedo escuchar porque siento que me hizo feliz y ahora siento que era una forma de decirme que no le importaba nada. Aun conversamos, es mi amiga y aunque la amo con toda mi alma no se lo puedo decir. Me callo los te amos que tengo para ella, me ha dicho que escuche tal canción y la escucho y aunque a veces son letras que hablan de amor y de sentimientos trato de no ilusionarme porque sé que no es así. La amo con toda mi alma. No la puedo sacar de mi corazón y mi mente y sé que por mucho tiempo estará aquí en mi ser.

Son 8 meses de saberla con alguien mas, pero mi amor por ella aun esta vivo y lo tengo encerrado para que no salga y diga algo que la incomode. Aún lloro por ella y por lo que no podrá ser. Hablo con ella, reímos, a mí me gusta verla sonreír y hago chistes bobos para hacerla reír y cada vez que lo hace, por dios, juro me alegra el corazón de gran manera y dentro de mi digo “Te amo, mi amor, te amo”.

Ahorita mientras escribía esto se me salieron las lagrimas. La amo no lo niego, y soy cobarde al no decirlo, pero ella me puso barrera que no puedo romper porque esta con alguien más. Sólo espero un día poder estar con alguien sin que el recuerdo de ella esté en mi corazón.

Soy una mujer de 31 años muy linda, me amo a mi misma y sé que lo que siento y tengo para darle es lo más puro y real. Pero por ahora solo me queda tratar de apagar el amor que siento, no quiero olvidarla ni odiarla. Sólo quiero que su recuerdo me fortalezca y que el amor que siento por ella sea tan fuerte que cuando tenga la dicha de verla personalmente, le pueda decir gracias por ser parte de mi vida y de mi historia. Sin ti no hubiese conocido el amor verdadero. Estoy esta noche aun esperando a que se conecte y que conversemos del clima o de lo que paso en nuestro día, reír, bromear y al final decirle “Feliz noche amiga”, cuando en realidad susurro “Feliz noche, mi amor”. La amo con todo mi ser

ME GUSTÓ DURANTE OCHO AÑOS

Todo empezó cuando iba a entrar a la secundaria, mi mamá me llevo un día de prueba para que viera si me gustaba la escuela. En ese día llegue a la escuela muy nerviosa y me pasaron a un salón. Ahí fue donde lo vi por primera vez, un chavo llamado Alec. Me gustó demasiado, fue el primer niño que me gustó. Al salir de las clases, mi mamá me pregunto que si me había gustado y yo muy emocionada le dije que sí y le conté del niño.
Empezaron las clases en agosto. Me acuerdo como si fuera ayer. Todo era nuevo para mí porque tenía que hacer nuevos amigos. Cada vez que lo veía, me ponía súper roja y me iba corriendo, así que el primer año que pasó no nos hablamos. Antes de finalizar el primer año, mi papá hablo conmigo y me dijo que si me quería ir a estudiar un año a Canadá, y yo lo rechace por tres razones: la primera no quería dejar a mis amigos, la segunda me daba mucho miedo irme sola y la tercera era por que yo quería estar con este tipo, y pensaba que en ese año ya me iba a pelar.

En el segundo, fue cuando él ya volteaba a verme mas, pero yo me ponía roja y me iba. Me daba miedo, ya que nunca había sentido algo así por alguien. Él era un chavo súper coqueto que le gustaba coquetear con las chavas. Aun así, a mi me seguía gustando… Entró una amiga a la escuela y le conté que me gustaba él. A la tres semanas ella empezó andar con él, me enojé mucho. Pero cortaron a las dos semanas y me di cuenta que mi amiga cambiaba de niños cada semana. Le gustaba alguien diferente así que dije no van a durar.

Mis amigas me decían que nunca me iba pelar, hasta que una me dijo que le dijera lo que sentía. Yo lo negué, pero luego me dijo no pierdes nada, y ya le hice una carta, y cuando yo se la iba a entregar, llego una chava, que la consideraban como la mas guapa de la secundaria. Me dijo que Alec se le había declarado y que le iba a decir que sí, porque sabia que a mi me gustaba. Yo lloré todo el día, así que decidí ya dejarlo así, pero cada vez que lo intentaba, no podía, pues cada vez que pasaba la niña lo besaba, y me dolía mucho. Por mas que intentaba ignorarla, ella lograba lo que quería. Termino el año y el acabo su secundaria y se fue a estudiar a Nueva Zelanda.

Pase a tercero de secundaria, donde me propuse olvidarlo. Lo dejé como mi amor platónico. Yo pensaba que el nunca me iba a pelar ya que yo no era una modelito como sus otras novias. Pasaron los años, me cambie de escuela, conocí personas nuevas, yo seguí con mi vida. Terminé preparatoria, y cuando entre a la universidad conocí un chavo que me gusto y anduvimos. Un día Alec me habló y me invitó a salir. Se lo negué por que tenia novio. Después de dos meses cortamos. Y yo le hable y lo invite a salir. Antes de que él llegara por mí, me arrepentí, le hable a una amiga de secundaria le conté y le dije que no quería ir, que ni lo conocía, de qué iba hablar con él. Mi amiga me dijo que cumpliera mi sueño de secundaria.

Llego por mi, yo súper nerviosa, llego lo vi y pensé sigue igual de guapo. Fuimos a un bar, donde me conto que si le gustaba en secundaria, pero que cada vez que intentaba hablarme, yo me iba corriendo roja, me dio mucha risa ya que si era cierto. Y yo también le dije lo que yo sentía por el en secundaria. No le creí tanto, que yo también le gustara.

Estuvimos hablando mucho, cada vez se me antojaba mas un beso, intentaba resistirme. Cuando me dejo en mi casa, intento besarme, trate pero no lo logre y lo bese, volví a sentir las mariposas en mi pansa, algo que con ninguno sentía, solo con el. El me conto, que se iba a ir a estudiar a Suiza 4 años, así que pues dije ya equis, me cumplió mi sueño de mi secundaria.

Nos vimos antes de que se fuera a Suiza, donde platicamos, y me dijo que si quería ser su novia. Se lo negué, aunque me dolió muchísimo, ya que sí quería. Pero también, sé que amor de lejos amor de pendejos, felices los 4, o los 5, o los 6, etc. Y le dije que cuando el volviera, ahí veríamos que pasaba, si andamos o no, que tampoco estaba tan dispuesta a perderlo de las dos formas (de novios o de amigos).

Después les platiqué a mis amigas, me dijeron que lo olvidara que el solo me iba a lastimar, que cuando se fuera a Suiza ya ni me iba a pelar. Así que yo lo pensé y dije que no, que ya no lo iba a dejar ir como en secundaria. Hablamos por Skype cuando podemos. Me sigue gustando igual como hace 8 años. Pero también sé que las personas cambian y más él estando muy lejos.

CUANDO LAS MIRADAS SE CRUZAN PUEDE NACER EL AMOR

Hola. Mi nombre es Fiorela y ni siquiera paso de los veinte años. No soy la mujer más bonita y no soy delgada, pero no ha interferido en mis relaciones ni en mi felicidad. Hoy estuve mirando al techo durante un buen rato y se me vino a la mente  ¿A alguien le pasara lo que a mí? ¿Es que esta situación debe suceder, habrá algún lugar donde pueda encontrar cosas similares, relatos o historias sobre esta situación tan tonta? Y después de amores imposibles, chistes y blogs de información vacía encontré éste. Me anime porque se ve interesante.
No prometo que la historia sea la mejor, es una historia temporal, todos tenemos muchas historias a lo largo de la vida, yo tuve todas muy locas pero reales pero esta me está pasando ahora y la explicare lo mejor que pueda.

Este año para mí ha estado lleno de cambios, cambios realmente grandes, pero fuera de ellos me sucedió algo que nunca antes me había pasado, ahora que lo pienso incluso es bastante gracioso. A principios del año empecé la universidad y para ir de mi casa allí lo más normal es ir en bus o como se le dice aquí, en combi. Todo comenzó un día, subí a una combi pequeña, todo era normal, mi recorrido dura casi 40 minutos por lo que siempre llevo audífonos para ver por la ventana y pensar mucho pero no, ese día no sé qué paso pero no lleve nada así que inconscientemente me puse a ver al cobrador de esta combi. Era un tipo de mi tamaño o un poco más, de voz fuerte y de cuerpo normal, su rostro era llamativo, hasta hoy no me he puesto a pensar que edad tendría solo se que esta historia comienza desde que su mirada se cruzó con la mía. No lo miraba porque me gustara solo por distracción, cuando él lo notó quité la mirada un poco tarde y durante el camino nos miramos varias veces, pero lo tomé como una casualidad, ya saben esto pasa con algunas personas pero nadie asegura que lo veras de nuevo. Pero que creen.

Otro día volví a subirme a la combi donde él trabajaba. Sucedió de nuevo, cruzamos las miradas, a la tercera vez que me subí otra vez me di cuenta de que sí, este chico me gustaba. No creo mucho en el destino pero esa tercera vez no fue la última. Hubo cuarta, quinta y así. Empezó a tener sus técnicas para verme disimulando que miraba hacia atrás para ver si una combi de competencia estaba, pero aprovechaba de verme. Yo noté que me miraba por el rabillo del ojo y a veces me armaba de valor para verlo y cruzábamos miradas, pero ¡qué miradas! No sé si les ha sucedido que con cada mirada sientes un choque eléctrico en el cuerpo y es como se dijeran muchas cosas sin decir nada (suelen llamarlo amor a primera vista, pero yo no sé qué era). Se notaba cuando se dirigía a mi como pasajera que su trato era distinto y confirme su actitud cuando una octava vez me senté al frente suyo. No volteó ni una sola vez para atrás para “ver una combi de competencia”. Esa vez estuvimos tan cerca no nos separaban ni 50cm.

Me subí a su combi varias veces, y cuando bajaba pensaba ¿Qué me sucede? ¿Imagino cosas? Aun así empecé a observar cómo era, no miraba de forma sucia a ninguna chica por más “buena” que esté, como cualquier otro haría. De persignaba algunas veces y se notaba que el era un buen chico.

Y así cada vez se hacía como una rutina hasta que simplemente… Lo dejé de ver.

Entonces cada vez que subía a la combi pensaba “¿Dónde estará?” Sabía que no duraría mucho este juego de miradas. Pero que creen empezó a aparecer un cobrador al que no preste atención, era alto blanco y bastante agraciado y desde que lo vi me gusto pero jamás pensé que pasaría algo similar. Un día sólo lo miraba por distracción y ¡pum! Cruzamos miradas y comenzó la situación de nuevo. Esta era diferente, pero se basaba en lo mismo: miradas.

Eran varias las veces que subía a su combi que ya se conocía donde bajaba y antes que yo pudiera decir algo él hacía parar la combi. Su voz era muy graciosa, la semana pasada estaba sentado y cuando me bajé no dejaba de verme pero su mirada se notaba muy enamoradiza. No lo niego, me emocioné, por eso incluso esa noche estaba caminando y me lo crucé y me saludo con un silbido (no de esos silbidos mañosos). Este chico me ha gustado por mucho tiempo porque han pasado cosas electrizantes también.

Todo esto ha sucedido en meses, con decirles que ya es septiembre. ¡Pero apareció! Sí, volvió a aparecer el primero, cuando lo vi después de tanto tiempo han sido como un reencuentro. Nos hemos mirado como un soldado que regresa a la casa de su mujer después de la guerra. Su combi ahora es grande y su truco ha cambiado, ahora voltea y pregunta si alguien bajara en la siguiente esquina, pero no deja de verme. Él también sabe exactamente donde me bajo y también hace parara la combi antes que yo le diga algo. Hace un par de días fue la última vez que lo vi. Esta vez sí me armé de valor para verlo más y esta vez su mirada describía claramente “no me importa nadie de estas 30 personas. Yo sólo te veo a ti” y por dentro estaba que me moría encima, que de fondo estaba la música de café tacuba. Les juro que la situación era como si él y yo estuviéramos solos. Les contaré que soy una persona que no cree mucho en estas cosas y se nota de lejos que él es un chico muy maduro y educado, pero esta situación nos esta trayendo locos. No sabemos que hacer. Siempre que bajaba y caminaba sentía que me veía pero nunca voltee hasta este viernes. Lo hice y sí, mientras la combi desaparecía el me veía.

Entonces, ¿qué paso con el otro? Desapareció y no sé que pasaré si lo vuelvo a ver porque me gustó mucho durante todo el tiempo que creí que no volvería a ver al otro pero sé que el primero es el chico que me trae loca. Si les contara los detalles creo que tendrían una idea de lo ilusionada que estoy por conocerlo. Algo dentro de mí dice que detrás de esta situación hay dos personas que se mueren por estar cerca, dos personas que no saben cómo dar el paso porque no pueden. Y sí, no me fijo mucho en la idea de que sea un cobrador, sé que es buena persona, incluso el segundo chico lo es. No hablaré mucho de este último porque no quiero confundir mis sentimientos.

¿Qué hay de gracioso en esto? Es que desde que comenzó todo esto han habido por detrás cuatro chicos más. Ninguno me llama la atención, pero casualmente también los miré y creo que malinterpretaron las cosas y no dejan de estar al tanto de mí. A ninguno lo veo ni le insinuó nada porque en verdad no quiero nada de ellos, pero cuando les cuento a mis amigas lo que me dicen (ellos son atrevidos) es gracioso. Incluso dicen que tengo algo en los ojos que hipnotiza cobradores de combis y dicen que tengo un Fiorela’s fans club.

No sé su nombre, no se su edad, no sé dónde vive, no sé cuál ha sido su pasado ni cuál es su presente, pero sé que esta atracción es bastante fuerte y quiero que suceda algo más.

Aun no tengo ningún plan, no tengo idea de que hacer para que esto avance, solo he agregado al Facebook a uno de los atrevidos con el fin de sacarle información. Supongo que él debe conocerlos pues todos son de la misma empresa, pero aún no le he hablado. Quisiera saber qué piensan de esta tonta historia. Me ha servido para sacármelo de adentro.

Si tienen alguna idea o algún consejo háganme saber. Gracias si es que alguien se tomó el tiempo de leer todo esto y chauchau.

MI ERROR MÁS LINDO

Hola mi nombre Brenda tenía 16 años y el 36 años. Todo comenzó una tarde cuando a mi Facebook me llega una solicitud de amistad. Cuando abrí para ver quién era no lo conocía. Su foto se veía muy maduro y  apuesto, con traje. Me trajo curiosidad y lo acepté.
Días después me escribió “Hola” y así hablamos por días y semanas. Hablamos de su trabajo y yo de mi colegio. Me decía lo linda que era, intercambiábamos teléfonos, él me llamaba cada noche para desearme la buenas noches. Me cantaba y me decía lo linda que era y que daría todo por conocerme.

Yo, al principio, me dio como extrañeza y un poco de miedo porque él era mayor que yo y que nunca antes me había juntado con alguien por este medio, hasta que un día salí más temprano de lo habitual de clases, entonces lo llamo y le digo que sí quiero juntarme con él. Él largó una sonrisa y me dijo que era el hombre más feliz del mundo. Me dijo que nos juntáramos en la playa, yo vestida con mi uniforme y un viento que me golpeaba la cara.

De repente lo veo. Mi estómago se puso duro, mis piernas creí que me iba a caer, él me miro y me dijo lo linda que era y que al fin podía estar conmigo. Cada segundo que pasaba con él me gustaba más.

Seguimos así por 3 meses. Luego él me cuenta que está casado y tiene dos hijos. Me sorprendí mucho y lloré delante de él, pero no me importa, estaba enamorada. Seguimos un romance ilegal. Me gustaba sentir que era un romance a escondidas, sentía mucha adrenalina cuando estaba con él. Era muy detallista, siempre me decía que estaba hermosa y que me quería.

Por lo cual perdí mi virginidad con él, conocí lo que era arriesgarse, conocí lo que era pasión, moteles. Todo era maravilloso estando con él. Duramos así durante 6 meses. Luego mi familia empezó a sospechar y quería averiguar de él. Nos empezamos a alejar cada vez más, porque no quería que nada le pasara. Luego le dije que esto ya no podía seguir así, que nos alejáramos, y luego sus llamadas eran más escasas y me llamaba solo para decirme que me amaba y que quería que lo intentáramos, pero yo me opuse. Pero no fue el tiempo que me resistí y nos volvimos a juntar y así duramos un año y algo, pero de a poco se empezó a alejar hasta que no supe nada mas de él.

Hoy en día tengo 20 años y nunca he estado con ningún hombre que me haga sentir lo mismo. Yo a él lo amo. Lo amo con locura.

Hoy en día lo que sé de él es que su esposa falleció en un accidente automovilístico y las veces que lo he visto por las calles me quedo pensando en lo hermoso que me hizo sentir cuando estaba con él. Si él me dijera que nos juntásemos, yo voy hasta la luna si él me lo pide.

Fue el error más lindo que me pudo haber pasado.